domingo, 5 de diciembre de 2010

Cold water.

Somos envidiosos. Sí, somos envidiosos por naturaleza. ¿No os ha pasado nunca el caso de "El perro del Hortelano" que ni comía ni dejaba comer? Es posible que sí, porque en todos los años que llevo de vida lo he sentido en carne propia. Desde que eras pequeño y no querias compartir con tu hermano aquel juguete que ni recordabas que tenías, hasta querer que aquella persona a la que nunca has dado importancia no se vaya de tu lado, de tu control...
En ese caso, hay que preguntarse el verdadero motivo por el que hacemos las cosas.
A veces, no hacemos otra cosa en la vida que buscar, buscar y buscar aquello que no llega, aquello que debe de llegar, o aquello que tal vez no es el momento de encontrar; a veces, perdemos el sentido de lo que tenemos más cerca. Agarramos y no soltamos, no dejamos marchar pero tampoco acogemos en la habitación vacía que aun queda en nuestra casa...
Somos egoístas, envidiosos, y lo negamos alegando motivos y excusas que nos contradicen.
A veces, queremos hundirnos en nuestro propio jarro de agua helada y esperar a que alguien nos rescate... pero ese alguien tal vez, no se acuerde de nosotros en ese instante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HTML,BODY{cursor: url("http://downloads.totallyfreecursors.com/cursor_files/hearttailup.ani"), url("http://downloads.totallyfreecursors.com/thumbnails/hearttailup.gif"), auto;}