De repente, te das cuenta, que no sabes hacer nada, o casi nada bien.
El mundo se te cae encima, lleno de pensamientos incomprendidos.
Nadie te entiende, y ya casi no puedes sonreír.
Te das cuenta del paso del tiempo mirando las fotografías, mirando como sigues igual y no cambias. Sigues siendo la misma pardilla del principio, y lo seguirás siendo hasta el final.
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