Que somos tan inocentes que nos creemos que las personas nos quieren..., pero esta vez a sido la gota que colma el vaso, me ha sobrepasado. Esa última gota ha sido mi perdición.
En silencio, me dejo caer por los rincones y las esquinas de cualquier lugar, porque todos los lugares son ahora buenos para llorar y pensar.
Pero por supuesto siempre intentando aparentar estar estable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario